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Y tuvimos matri...

El sábado fue el evento. Tan raro que ni me lo esperaba, no me lo imaginaba..., pero cuando lo vi serio, nervioso y vestido para la ocasión, no me quedó más que darme cuenta de que sí, era verdad, mi hermano empieza una familia.

Es raro esto de crecer. La vida empieza a cambiar, las prioridades son otras y todos nos vemos distintos. Yo no sé si somos lo que imaginamos o creímos, pero cuando veo a los que me rodean creo que las cosas no van tan mal. Nos transformamos en personas con nortes más claros y somos más fuertes de lo que pensamos... y claro que eso tiene que ver con las grandes pruebas que nos unen con esos dos primos... Por lo que sea, supongo que vamos bien encaminados.

Estoy en un mundo de grandes. La universidad se ve como algo ya lejano y entre los temas recurrentes está el matrimonio, la casa propia y los hijos... Valoro mucho más los fines de semana de calma y me siento capaz de transar, ceder y buscar acuerdos con los que quiero. Me gusta la tranquilidad.

Y bueno. A mi familia se suma una nueva integrante..., porque el enlace no sólo es el anillo que está hoy en sus manos.

Estamos más grandes.

Mi deseo

Cruzo los dedos por estos días. Pido que las cosas por fin empiecen a arreglarse, por que el camino que queremos iniciar venga lleno de respuestas y alegrías...

Recuperé mi salud y fue el mejor regalo de cumpleaños que pude tener. (Ah, no conté lo lindo que fue estar de cumpleaños este año). Y ese anuncio fue como el inicio de las esperanzas, un aliento para continuar con más ganas y darnos cuentas de que las posibilidades no se nos agotan así no más.

Ahora vamos con todo. Con las fuerzas que creíamos perdidas, con las ganas de cambiar el rumbo de las cosas y con la esperanza de que la salud no sea sólo para mí... Esta vez quiero creer que lo lograremos, seguro que sí... Esta vez sí resulta.