Un día sí, otros dos no... Quiero creer que sí, pero cada día se hace más difícil. Y la sonrisa de mentira se hace cada vez más fácil...
La impotencia es lo que desespera. Esta porquería que me está quitando lo más querido y que me demuestra lo poco que le importa a los demás, a los que creía estarían cerca.
Y no importa, claro que no. Que me quede lo que sea, porque así ya no importa.
miércoles, septiembre 12, 2007
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario