Mis amigas

El otro día, después de una conversación, estuve pensando en eso de las relaciones posesivas... Por suerte yo ya pasé esa etapa y ahora creo firmemente que mi mundo no puede estar completo sin mis amigas.

Hace algunos años cometí el error de encerrarme en mi pololeo, creo que muchos de nosotros hemos pasado por eso. Claro, yo creía que estaba bien porque era feliz, pero cuando él me dejó me dí cuenta de que estaba sola y de que pocas personas se acordaban de mí o se preguntaban cómo me estaba sintiendo. Pero, por suerte, esto no duró por mucho tiempo y por cosas del destino encontré a mis amigas.

En ese tiempo la mayoría estábamos pasando por momentos difíciles en materia amorosa. Pololeos de años se venían abajo y, como yo, a por lo menos una más le hacía falta la compañía. Al principio era penoso, nos juntábamos en la casa de la Marie en torno a unas piscolas y nos acompañábamos en la depresión. Después, por suerte, empezamos a salir más y a pasarlo bien.

Con los años las niñas han demostrado ser a prueba de todo. Ellas siempre están ahí; la noche que mi pololo se fue llegaron en masa a verme, por ejemplo. No sé, me gusta estar con ellas y tener mi tiempo para verlas. O sea, si se me ocurre que hoy es noche de sour no lo cambio por nada... y, por suerte, la persona que está a mi lado entiende, apoya e incentiva mi mundo aparte.

Ahora trato de cuidar a todas mis amigas. A las de la universidad, a las primas, a todas... Al final no sería ni la mitad de lo que soy si no fuera por su apoyo incondicional en los buenos y malos momentos...