Mi lado B

Es domingo y está nublado. Mientras escucho canciones de Alejandro Sanz en sus primeros años trato de encontrar las palabras para todo lo que me está pasando o, más bien, lo que estoy pensando.

Es raro, pero me encanta este momento. Es ahora que me encuentro sola, aprovechando estos instantes para mí. Hace tiempo que no lo hacía.

A veces pienso que está bien rellenar cada segundo con alguna actividad, pero la verdad es que disfruto mucho más de mi soledad y de mi imaginación. Tal vez por eso me enojo tanto cuando me dice: “qué fome”.

Me gustan los cuentos, más los que yo misma me invento. Creo que tengo historias para todo, también finales diferentes para cada cosa que me pasa o que creo que me sucederá… Ayer me estaba acordando de las escenas románticas que me gustaría vivir… Supongo que siempre concluyo que un buen beso bajo una lluvia fuerte sería genial. Debe ser porque anoche volví a ver “Grandes Esperanzas” y en esa película los protagonistas tienen hartos momentos que yo quisiera vivir. Tal vez hasta ahora me ha faltado iniciativa para ese tipo de cosas…

A veces mis historias se me mezclan con la realidad. Me paso rollos como Ally Mcbeal y me imagino, en un segundo, haciendo cosas que cambiarían el rumbo de mi historia, pero por lo general me quedo inmóvil o tal vez sólo me río un poco…

De todas maneras todo esto no quiere decir que viva esperando que mis cuentos se hagan realidad. Para nada. Porque, si bien sería bonito, prefiero vivir las cosas como son, de la manera más práctica posible. Por lo menos sé que siempre me podré inventar una versión que me acomode más de algún evento de mi vida…